ASTONISHING!!
En días pasados asistí a un concierto-proyección que me dejó atónito. De entrada el evento era algo verdaderamente atractivo, especialmente por que la musicalizacion de la película silente seria interpretada por uno de los grupos que a mi forma de ver mas sensibilidad proyectan. Además del atractivo anterior, el foro era ad hoc para dicho evento, ya que la magna belleza del Teatro de la Ciudad sin duda agregaba un plus por si acaso alguien se mostraba indeciso en asistir.
Así llego la hora convenida y anunciaron la primera llamada. Todos permanecimos impacientes hasta la mención del tercer anuncio y por consiguiente el génesis de tal acontecimiento. En el escenario solo una pantalla apostada en la pared y de lado derecho sintetizadores, laptops, instrumentos... que a distancia parecían intimidar a cualquiera.
Las luces se apagan, la gente empieza a gritar... a aplaudir el inicio. De pronto la pantalla se empieza a iluminar. El proyector de cine utilizando la película como filmina empieza a proyectar uno a uno los 24 cuadros por segundo. Finalmente inicia el filme. En ese momento aparecen 2 personajes al lado de los sintetizadotes. Los ejecutantes de la música han salido. La musicalización enciende.
Con estruendos se conjunta poco a poco tanto la película, los títulos anunciando el nombre “ASPHALT”. Poco a poco aparecen las imágenes en blanco y negro. Primero un coche, luego una avenida concurrida , embotellamientos, autos del año 1929. La música recrea, demuestra e incita a imaginar los sonidos ambientales, los ruidos de los coches, las pláticas de la gente, y así la historia da lugar en una pequeña casa de la Alemania de finales de los 20`s. Una belleza en cuanto a la perfecta fotografía, una belleza en cuanto a la magistral sonorización.
Así transcurrió casi hora y media entre imágenes de nostalgia de los tiempos que no pudimos vivir y los acordes modernos de la música tanto etérea como incitante y al mismo tiempo llena de añoranza.
Estruendos, notas bajas, sentimentalismos y emociones transformadas en notas perceptibles al oído humano fueron los ingredientes de esa noche.
Notas musicales incandescentes y escenas fatuas se conjugaron en una velada inolvidable de música irreverente y escenas presuntuosas que tal vez nunca volverán a presentarse en ese maravilloso recinto ese sábado por la noche.
Así llego la hora convenida y anunciaron la primera llamada. Todos permanecimos impacientes hasta la mención del tercer anuncio y por consiguiente el génesis de tal acontecimiento. En el escenario solo una pantalla apostada en la pared y de lado derecho sintetizadores, laptops, instrumentos... que a distancia parecían intimidar a cualquiera.
Las luces se apagan, la gente empieza a gritar... a aplaudir el inicio. De pronto la pantalla se empieza a iluminar. El proyector de cine utilizando la película como filmina empieza a proyectar uno a uno los 24 cuadros por segundo. Finalmente inicia el filme. En ese momento aparecen 2 personajes al lado de los sintetizadotes. Los ejecutantes de la música han salido. La musicalización enciende.
Con estruendos se conjunta poco a poco tanto la película, los títulos anunciando el nombre “ASPHALT”. Poco a poco aparecen las imágenes en blanco y negro. Primero un coche, luego una avenida concurrida , embotellamientos, autos del año 1929. La música recrea, demuestra e incita a imaginar los sonidos ambientales, los ruidos de los coches, las pláticas de la gente, y así la historia da lugar en una pequeña casa de la Alemania de finales de los 20`s. Una belleza en cuanto a la perfecta fotografía, una belleza en cuanto a la magistral sonorización.
Así transcurrió casi hora y media entre imágenes de nostalgia de los tiempos que no pudimos vivir y los acordes modernos de la música tanto etérea como incitante y al mismo tiempo llena de añoranza.
Estruendos, notas bajas, sentimentalismos y emociones transformadas en notas perceptibles al oído humano fueron los ingredientes de esa noche.
Notas musicales incandescentes y escenas fatuas se conjugaron en una velada inolvidable de música irreverente y escenas presuntuosas que tal vez nunca volverán a presentarse en ese maravilloso recinto ese sábado por la noche.
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